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Los “falsos alimentos” 3 claves para no cometer errores a la hora de comprar

Los grandes medios nacionales (que son expertos en todo), nos alertan que existe en el mercado un número creciente de falsos alimentos o “fake food”, que suena mejor.

Una periodista, que insiste que estamos mal comidos, aprovecha la oportunidad para volver a decir que la industria alimentaria quiere envenenarnos y de paso sugiere que compremos alguno de sus libritos. Los libritos, lejos de informar, preocupan y asustan a los ya desorientados consumidores.

Entonces, ¿que hacemos?

Vamos por partes.

Que son estos alimentos “falsos”.

Veamos algún ejemplo. Desde hace un tiempo es posible ver en las góndolas de los supermercados argentinos, cerca de las leches larga vida, un producto similar que por sus características y forma de presentación podría confundirse con la leche. Sin embargo, el precio de venta es significativamente más bajo.

¿De que se trata? Es un alimento a base de leche. Tiene leche en su composición, pero también tienen el agregado de suero de lechería (el subproducto líquido que surge de la elaboración de los quesos, ricota y/o manteca, que contiene componentes de alto valor nutricional propios de la leche).

Falsos alimentos

3 claves para distinguirlos

No hay fórmulas mágicas. Si estás a preocupado por la alimentación, ocúpate de leer las etiquetas o rótulos

Entonces, con estos simples pasos podremos diferencias claramente que es cada cosa.

Pero, ¿son alimentos falsos?

Si están correctamente rotulados, no son falsos. El “alimento a base de leche” no dice ser solo leche.

¿Son peligrosos?

Claramente no. Siempre que se cumplan las condiciones de conservación como cualquier otro alimento.

¿Por qué los fabrican?

En principio por dos motivos. En el caso del ejemplo, para aprovechar un subproducto muy abundante como el suero, que de otra manera se desperdiciaría. Y también para poder vender un producto más barato. Ante una situación socioeconómica como la que vive actualmente Argentina, la gente compra lo que puede. Y una empresa tiene más posibilidades de vender un producto si es barato.

¿Y que tienen de malo?

La leche nos aporta proteínas de buen valor biológico. Estos “sucedáneos” nos aportarán mucho menos cantidad. Son nutricionalmente inferiores.

¿Qué otros alimentos similares hay?

Podemos mencionar a los “medallones de carne”, que parecen hamburguesas pero además de carne tienen el agregado de almidones o proteínas de soja. ¿Cómo los diferencio? Siguiendo los tres pasos que citamos anteriormente.

Con el jamón cocido pasa algo parecido, aunque con el agravante de que por su forma de venta, no siempre podemos ver el rótulo. No es lo mismo jamón cocido (que no puede tener proteínas agregadas ni otros extensores) que fiambre de cerdo cocido (en el que sí se admite el agregado de proteínas de soja y/o almidones).

Si estas preocupado por la alimentación, no te dejes llevar por notas alarmistas. Busca siempre información objetiva, como la que brindamos en tecnologiaalimentaria.com