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Perdidas y desperdicios en alimentos

En un mundo que necesita cada vez más alimentos, resulta inaceptable que gran parte de lo producido se pierda o desperdicie. Y desde hace unos pocos años, el problema empieza a hacerse notar con más fuerza.

Para poner cifras a esta situación, la FAO encargó al Instituto sueco de Alimentos y Biotecnología (SIK) la realización de un estudio sobre el tema. El objetivo era cuantificar las pérdidas y desperdicios a nivel mundial y así tener una dimensión más certera del problema. Los resultados impactan. Unas 1.300 millones de toneladas por año de todo el alimento para consumo humano se pierden o se desperdician en todo el mundo. Esto representa aproximadamente un tercio del total de alimentos.

Este hecho resulta todavía más preocupante al saber que grandes cantidades de recursos de producción son utilizados en vano, y que las emisiones con efecto invernadero causadas por la producción de alimentos que luego se pierden o desperdician son también en vano.

Y es indignante ver que al tiempo que se tiran miles de toneladas de comidas, hay millones de personas que padecen hambre.


El diagnóstico es elocuente. Desde cualquier lugar que ocupemos en la cadena, como productor, industrializador o consumidor, es imperioso tomar conciencia, conocer las causas, identificar soluciones y comenzar a actuar.

El problema de la pérdida de alimentos se verifica en todo el mundo, aunque las causas suelen ser variables y en particular se relacionan con el nivel de desarrollo de los distintos países

La situación en los países en desarrollo

Las pérdidas y desperdicios de alimentos en los países de bajos ingresos se dan en su mayor parte durante la etapa de producción hasta el procesamiento.

Entre las principales causas se mencionan

Deficiente infraestructura:

Los alimentos, en especial los productos frescos como frutas, verduras, carne y pescado pueden verse alterados debido a la falta de infraestructura de transporte, almacenamiento, refrigeración y mercados. El problema puede verse agravado en regiones con climas cálidos.

Los gobiernos deberían mejorar la infraestructura de caminos, energía y mercados. Posteriormente, las inversiones del sector privado pueden mejorar las instalaciones de almacenamiento y cadena de frío, así como el transporte.

Alimentos no seguros para consumo humano.

El manejo inadecuado y poco higiénico, las malas condiciones de almacenamiento y la falta de un adecuado control de la temperatura pueden causar alteraciones y contaminaciones.

Muchos otros factores pueden llevar aque un alimento no sea seguro, tal como presencia de toxinas naturales, agua contaminada, mal uso de pesticidas y residuos de drogas veterinarias.

Los alimentos deben ser producidos, manejados y almacenados de acuerdo con estándares de inocuidad alimentaria.

Esto requiere desarrollar la capacidad de los operadores de la cadena alimentaria para la aplicación de buenas prácticas agrícolas y de manufactura.

Falta de plantas de procesamiento

En muchas situaciones la industria no tiene suficiente capacidad para procesar y preservar a tiempo la cantidad de productos frescos que son producidos.

El estímulo a invertir en la industria de alimentos y el desarrollo de alianzas contractuales entre productores y procesadores podría llevar a un uso eficiente de la capacidad de procesamiento y así reducir los volúmenes de pérdidas.

El problema en los países desarrollados

Las causas de pérdidas y desperdicios en los países de ingresos medios/altos están relacionadas principalmente con comportamientos del consumidor y con la falta de coordinación entre diferentes actores de la cadena de abastecimiento.

En los países ricos, tal vez uno de los factores más importantes para el desperdicio es que la gente simplemente puede darse el lujo de descartar alimentos tanto a nivel doméstico como en comercios.

Entre las principales causas se mencionan:

Los altos estándares para la apariencia de productos frescos.

Suponiendo que los consumidores solo aceptarán productos con buena apariencia, los supermercados establecen rigurosos estándares de calidad relacionados con el peso, forma, tamaño y apariencia.

Debido a ello, grandes cantidades de cultivos son rechazados aun cuando están en condiciones de ser consumidos.

Sin embargo muchos consumidores estarían dispuestos a comprar productos heterogéneos en la medida que el sabor no esté afectado. Los consumidores tienen el poder de influenciar los estándares de calidad.

Ofrecer un rango de calidad más amplio de productos llevaría a una reducción de los desperdicios.

La actitud “descartar es más barato que utilizar o reutilizar”

Las líneas de procesamiento de alimentos realizan una estricta selección para asegurar que el producto final tiene la forma y tamaño correctos. Es por eso que a menudo se descartan productos finales con un peso, forma o apariencia “equivocados”, o con el envase dañado, aun sin que eso afecte la inocuidad, sabor o valor nutricional.

Para evitar esta situación deberían desarrollarse mercados para productos “subestándar”.

Tanto organizaciones comerciales como de caridad podrían organizarse para la recolección y venta o uso de los productos subestándar descartados que son aún aptos para la alimentación.

Excesiva cantidad y variedad de alimentos en exhibición.

Los locales minoristas exhiben una amplia variedad de tipos y marcas de alimentos para maximizar sus ventas. Los consumidores también esperan que se les ofrezca un amplio rango de productos en las góndolas. Esta gran variedad, sin embargo, incrementa la probabilidad de que algunos de los productos alcancen su fecha de vencimiento antes de que sean vendidos y que se descarten. La reposición continua hace que los productos con fecha de expiración cercana sean ignorados por los consumidores.

El desperdicio de alimentos por el consumidor

En los países en desarrollo, la pobreza y los limitados ingresos del hogar hacen inaceptable el desperdicio de alimentos. Generalmente compran cantidades pequeñas de alimentos, a menudo sólo lo suficiente para consumir en el día. Por lo tanto la incidencia del problema es mínima.

Por el contrario la abundancia y la actitud del consumidor en los países industrializados llevan a un gran desperdicio.

Muchos locales de comida sirven buffets a precios fijos, estimulando a la gente a llenar sus platos con más comida que la que pueden consumir. Los minoristas ofrecen presentaciones grandes y ofertas que incentivan las compras desmedidas. Asimismo, los fabricantes de alimentos elaboran comidas listas para consumir de excesivo tamaño, lo cual deriva en un desperdicio de alimentos.

La conciencia pública, la educación sobre estos temas y las iniciativas políticas harán posible cambiar las actitudes de las personas sobre el actual desperdicio masivo de alimentos.

Como podemos ver, existen soluciones eficientes a todo lo largo de la cadena para reducir la cantidad total de alimento perdido o desperdiciado.

Aunque el incremento en la producción primaria de alimentos es primordial, la reducción de las pérdidas y desperdicios es también de vital importancia para que la población tenga acceso los alimentos.